Estrellas del baloncesto inclusivo en Montevideo
Eduardo tiene 26 años y junto con sus compañeros del preinfantil B del Defensor Sporting juega la competición no federada de baloncesto en Montevideo. Se trata del primer chico con síndrome de Down del proyecto «Básquet para todos» que juega con un equipo integrado. Pronto también lo hará Agustín, con el grupo mini de la escuela del Defensor Sporting. Tanto Eduardo como Agustín son dos de los 12 miembros del grupo de adultos con síndrome de Down que cada sábado practican baloncesto.
Ellos no son los únicos que juegan todos los sábados. Santiago Canto, el director del proyecto, junto con otros entrenadores del club de forma totalmente voluntaria, entrenan a otros tres grupos: ninguno de ellos federado, ninguno de ellos con pretensión de crear estrellas de la NBA y que ni siquiera juegan partidos cada fin de semana, pero no por ello son menos importantes.
El primero de estos cuatro grupos es de niñas ya que aunque nos pueda parecer extraño, en Uruguay no es tan habitual que las niñas hagan deportes de equipo. De hecho no existen ligas de minibasquet femeninas. También hay dos grupos con síndrome de Down, uno de niños y otro de adultos. Además de otro grupo de adultos con autismo y asperger.
Santiago comenta que fue una iniciativa de algunos entrenadores entre los que él se encuentra y que después de reuniones con psicólogos de la asociación con síndrome de Down y con varias madres decidieron sacar adelante el proyecto. El objetivo principal de «Básquet para todos» es ofrecer un espacio diferente a estos colectivos con los que los clubes deportivos no trabajan habitualmente. Ahora ya están en disposición de marcarse nuevos retos, tratando de no trabajar de forma aislada con estos grupos, sino de conseguir la integración con el resto del club. De hecho uno de los miembros del grupo de chicos con autismo y aspeger, que recientemente ha empezado a hacer un curso de periodismo deportivo, hará sus primeras prácticas encargándose de las crónicas de los partidos del primer equipo del club.
«Nos sorprendió la cantidad de personas que se interesaron y contactaron con nosotros, si bien es cierto que en Montevideo hay muy pocos proyectos como estos», afirma Santiago, quien conversa con nosotros mientras varios niños se acercan a él para saludarle. «Los chicos quieren jugar partidos, pero hay muy pocos clubes que tengan grupos como los nuestros, aunque algunos conseguimos. Con quien lo tenemos más dificil es con los adultos». No obstante, explica que pese a realizar la actividad solo los sábados la asistencia no es tan continua como les gustaría, así como el volumen de sesiones ya que únicamente disponen de pista ese día y en algunas ocasiones el club las requiere.
Pese a que «Básquet para todos» está funcionando desde hace poco más de un año pueden estar muy contentos con los frutos que están obteniendo, no sólo por el volumen de participantes y por la integración con el resto del club, sino porque además con el grupo más avanzado han participado en las olimpiadas especiales que organizaron ellos mismos.
Otra de las actividades que organizan son los entrenamientos integrados, como el que tuvimos la suerte de presenciar. En ellos, agrupados por niveles y capacidades físicas, juegan partidos chicos y chicas de los grupos de los sábados con niños de la escuela de básquet del club que juegan federados. Una de las cosas que más nos sorprende es la naturalidad con la que actúan y el compañerismo. Es algo normal para ellos, tan solo los que acuden por primera vez o son nuevos en el club no actúan como el resto, pero como dice Santiago, a la tercera sesión ya solo están pendientes de pasarlo bien.
Este fin de semana uno de los equipos federados del club viaja a Argentina a jugar un torneo. Será el primer viaje sin sus padres de Juan Pedro que además de formar parte del grupo de adultos con síndrome de Down, es también entrenador asistente de uno de los equipos federados del club. Para él será un fin de semana especial pero para el resto de integrantes del equipo solo supondrá que un nuevo compañero de trabajo se une al grupo. La normalidad y naturalidad con este colectivo es el mejor medio para su integración y gracias a personas como Santiago y todos sus entrenadores asistentes ese objetivo está cada vez más cerca.
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