Senegal 6,75 y el baloncesto como herramienta de educación en África
Vidal Sabater es un entrenador de Badalona, una de las ciudades del mundo donde más se respira baloncesto. Vayas dónde vayas ves niños botando un balón, pistas ocupadas con gente lanzando a canasta y camisetas tanto de la Penya como de cualquier franquicia de la NBA. Equipos, equipos y más equipos de todas las categorías, niveles y edades. Nadie es ajeno al baloncesto en Badalona. Por eso no extraña que sea de allí el protagonista con el que estrenamos la sección de Basket Solidario, un espacio en el que queremos dar a conocer diferentes proyectos que tienen el baloncesto como vehículo de integración social y que utilizan nuestro deporte para transmitir educación y valores a los más pequeños. Vidal también es periodista y dirigió el documental Senegal 6,75 con el que participó en el festival BCN Sports Film y que realizó con la colaboración de la Federació Catalana de Basquetbol y la Fundació Guné.
Senegal se le metió en la cabeza a Vidal Sabater tras quedarse fascinado con las condiciones atléticas de jugadores como Boniface N’Dong, Sitapha Savané o los hermanos Samb, todos originarios del «Caribe Africano».
Tuve la curiosidad de saber qué había de baloncesto en Senegal, cómo estaba organizado, en qué lugares se jugaba al baloncesto y en cuáles no y en los que no hay baloncesto, por qué no hay. El fútbol es mucho más fácil de jugar pero la infraestructura del basket es un poco más complicada y quería ver qué dificultades tenían… pensé que podía ser un buen motivo para un documental».
El baloncesto en Senegal es una excusa más para obtener un pasaporte hacia el paraíso europeo. Pero no es fácil encontrar buenas pistas para jugar y cuando aún así se consigue destacar y ser tentado por clubes de fuera no todas las historias acaban con final feliz. En el documental conocemos a un joven jugador de Dakar que, como la mayoría de los senegaleses, sueña con marcharse de su país; la falta de recursos de un club de provincias y el descubrimiento del baloncesto por parte de los habitantes de los poblados más remotos, son otras de las historias que se entremezclan en el documental.
Fui a Dakar a con mi pareja Thaïs a la aventura pero por casualidad conocí a Adama Lo que había ido con 15 años a Francia a Dijon, que había sido el mejor defensor de la liga en juniors y que cuando le fueron a hacer un contrato profesional le salió un club belga donde podía irse a jugar. Por problemas con su representante tuvo que volver a Senegal y no ha podido salir nunca más. Tuvo la oportunidad de irse a Túnez que había conseguido que le viesen y se lo quedaron, pero estalló la Primavera Árabe y el presidente del club huyó y les dejó tirados en el hotel sin dinero para volver. Ahora tenía la oportunidad de jugar en Guinea Ecuatorial pero este año no habrá liga, está teniendo muy mala suerte. Ha sido uno de los preseleccionados por Senegal para disputar el Mundial de España».
A continuación compartimos el documental completo.
Vidal Sabater y Thaïs Deulofeu han estado en Senegal en dos ocasiones y en el segundo viaje lideraron un proyecto dentro del programa One Team de la Euroleague, para llevar el baloncesto a las escuelas de los niños de la región de Kolda. Con la ayuda de nuevo de la Federació Catalana de Basquetbol, la Fundació Gune, además de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo y la Fundació Ferreruela Sanfeliu se utiliza el baloncesto como vehículo para educar a los más pequeños y para mejorar las habilidades sociales de los jóvenes que viven en exclusión social.
A través de este proyecto crearon un curso de entrenadores para formar a 30 profesores de educación física de la región de Kolda que trabajan en cinco escuelas secundarias. El curso incluye diferentes lecciones acerca de la higiene y la prevención de conductas de riesgo que se enseñan a través de juegos y actividades con el baloncesto como protagonista. El objetivo es dar las herramientas suficientes a los entrenadores para que ellos puedan educar a los jóvenes con los que trabajan en relación con la falta de higiene en la región y el consiguiente riesgo de enfermedades como la malaria y el SIDA.
Vidal Sabater sabe que en cuanto nazca su primer hijo quiere volver a Senegal, un país que le atrapó desde un primer momento y que le ha unido por siempre al continente africano. Un ejemplo más de cómo el baloncesto sirve para mucho más que para entretenernos los fines de semana. Puede ser un motor más de cambio para una sociedad más solidaria, más humana.
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